Mads Pedersen ha sido la gran revelación del inicio del Giro de Italia. Con su estilo explosivo y una preparación poco convencional, el ciclista danés ha logrado destacar en las primeras etapas, dejando claro que su temporada va muy en serio. ¿Su receta? Una mezcla de entrenamiento extremo, nutrición rigurosa y… una bebida energética que no le encanta, pero funciona.

Un inicio de Giro para el recuerdo

Con dos victorias en las tres primeras etapas y un flamante maillot rosa, Pedersen no ha pasado desapercibido. A sus 29 años, el ex campeón del mundo ha comenzado la ronda italiana con una determinación feroz. Su actuación no solo ha sorprendido por la regularidad, sino también por cómo ha sabido gestionar su pico de forma tras un exigente calendario de primavera.

Según Maxime Monfort, su director deportivo en Lidl-Trek, “el secreto ha sido encontrar el equilibrio justo entre recuperación y mantenimiento de la condición física”. Y eso, en ciclismo de alto nivel, es todo un arte.

Una primavera intensa como antesala

Antes de aterrizar en el Giro, Pedersen venía de una primavera muy cargada: segundo en el E3 Saxo Classic y en el Tour de Flandes, ganador de la Gante-Wevelgem y podio en París-Roubaix. En todas ellas, enfrentándose a los titanes del pelotón como Mathieu van der Poel y Tadej Pogacar.

Su regularidad no es casualidad, sino fruto de una planificación precisa. En vez de aflojar el ritmo después de las clásicas, Pedersen optó por una preparación basada en entrenamientos extremos y una dieta estricta que, aunque poco glamourosa, ha dado resultados.

Brócoli, energía líquida y entrenamiento “horrible”

En una reciente entrevista, Pedersen confesó algunos detalles curiosos de su rutina. Entre ellos, el consumo regular de brócoli, que considera fundamental para sentirse ligero, mantener su metabolismo activo y favorecer la recuperación muscular.

También mencionó una bebida energética que consume justo antes de los esfuerzos más intensos. “Es horrible, pero funciona”, explicó entre risas. Este elixir amargo se ha convertido en su aliado secreto antes de las etapas clave, aunque no por placer, sino por eficacia comprobada.

Y luego están los famosos “intervalos picantes”: sesiones de entrenamiento en las que alterna explosiones de alta intensidad con momentos de recuperación muy breves. “Te dejan sin aliento, pero son lo que marca la diferencia al sprint”, comenta Pedersen.

Objetivo: un Monumento

Aunque Pedersen ya acumula un impresionante palmarés, su gran obsesión sigue siendo ganar un Monumento del ciclismo. Ha estado cerca, pero aún le falta ese gran golpe sobre la mesa que lo inscriba en los libros de historia con letras doradas.

Por ahora, su rendimiento en el Giro demuestra que está en el camino correcto. Y si sigue con su fórmula de ritmo loco, dieta verde y energía amarga, no sería extraño verlo levantar los brazos en alguna de las grandes clásicas que le faltan.

Pedersen ha demostrado que el éxito no siempre depende del talento puro. A veces, una rutina disciplinada, decisiones inteligentes y pequeños secretos bien guardados —aunque poco apetecibles— pueden marcar la diferencia entre el pelotón y el podio.