Compartimos con ustedes la historia del Almacén Ciclo Martínez, ubicado en la ciudad de Barranquilla, historia que publicamos el año pasado en nuestra edición número 12, cabe destacar durante las tres ediciones de los Premios My Bike, Ciclo Martínez ha resultado galardonada.
Ciclo Martínez , No todo comienzo es por un “POTE DE LECHE”
Era el año 1983, y de una u otra forma fue lo que sucedió con Ariste Martínez, luego de que su esposa abrazara a su recién nacido y le informara la falta de dinero para comprar un pote de leche. Ariste decidido a cubrir sus necesidades, solicitó un préstamo ante su jefe, sincerándose y justificando dicho préstamo para el “POTE DE LECHE”.
Para la poca fortuna de Ariste, su préstamo fue rechazado, y allí junto con su gran actitud positiva, espíritu de lucha, el apoyo de su esposa y el empuje de sus amigos más cercanos, decidió independizarse y empezar su propia empresa. Después de ocho años laborando en una reconocida empresa de bicicletas llamada Casa Player, donde se fabricaban y se distribuían repuestos de todas las marcas de turismo y ruta, Ariste Martínez, con suficiente experiencia, emprende en su propio taller de bicicletas en el barrio “El Valle” en la ciudad de Barranquilla.
Con un par de pequeños ventiladores y un garaje de 2×5 metros de fondo, inicia su negocio con reparación de bicicletas y cambios de repuestos generales para quienes lo necesitaban abriendo así las puertas del Almacén Ciclo Martínez.
Con el tiempo el negocio crecía, sumándose más clientes con el paso de los días. Al paso de tres años, logró encontrar un lugar mucho más amplio, dando espacio para su taller con ensambladores, soldadores y toda la maquinaria necesaria para la fabricación de partes como marcos y tenedores para bicicletas semi-carreras, cross, turismo e infantiles, populares de la época.
Ariste Martínez, mientras notaba su negocio crecer por peldaños y convirtiéndose en pequeños fabricantes, decide junto a su esposa recorrer departamentos y municipios en la región, tales como Cartagena, Santa Marta, La Guajira y Maicao entre otros, labor que lograron durante varios años, ofreciendo los marcos y otros repuestos que usualmente no eran fáciles de conseguir en la zona; aquellos breves pedidos, se tornaban numerosos y diversos; teniendo algo de reconocimiento entre algunos proveedores.
Ciclo Martínez se convertía en un pequeño, pero efectivo distribuidor para diversos almacenes. La fabricación de parrillas para bicicletas 28”, abrió campo con grandes distribuidores en Bogotá y Medellín, quienes aportaron su confianza con diferentes artículos para el taller de Ariste y la distribución de una variedad de accesorios, que darían otro gran empujen a su nombre y su éxito, cobijando otro punto de venta en el histórico y emblemático Paseo Bolívar, ubicado en el centro de la ciudad de Barranquilla, llevando a cabo otro reconocido y lleno de creces Almacén Ciclo Martínez.
Lema de vida
“TODO SE PUEDE”, una frase muy presente para Martínez, quien a partir de ello sabía que lograr el crecimiento y la posición de su negocio, radicaba en el importantísimo servicio al cliente. La mejor manera de atenderle, sembrar la confianza y la convicción de lo que se le ofrecía, era vital para su imagen y las venta de cada artículo. Luego de 15 años, Ciclo Martínez era reconocido por su servicio y calidad, aún más por la manera de llegarle al cliente, con amabilidad, respeto y una actitud positiva, amistosa y la sonrisa infaltable; el nombre transitaba las calles de Barranquilla y sus alrededores, como una de las empresas más productivas.
La asesoría de algunos personajes cercanos y otros en el ámbito comercial, recomendaban la expansión de Almacén Ciclo Martínez a nivel regional, llegando a sumar hasta 10 diversos puntos de venta en municipios como Sabana Larga y ciudades como Cartagena, Santa Marta y Barranquilla, que gozaba de hasta cinco puntos en varios sitios de la ciudad. La expansión se tornó complicada, el volumen y la organización de inventario, el servicio al cliente por parte de los empleados, la confianza y otros factores, llevaron a una descompensación general, generando un desgaste y una engorrosa situación económica para la empresa, viéndose obligados a cerrar aquellos puntos de venta en otras ciudades y municipios para retomar y reevaluar, aquellas caídas de las cuales aprenderían a levantarse, reorganizando con sus dos puntos de venta iniciales.
Almacén Ciclo Martínez, tomó aprendizaje de aquella mala racha, tocar fondo fue un impulso mayúsculo para surgir nuevamente con pasos seguros y con la actitud positiva de la que, Ariste Martínez siempre resalta. La familia fue fundamental en el nuevo florecimiento, Gloria Granados, esposa, resalta que la confianza en sus metas y la fe en Dios fue significativa para rescatar juntos la empresa.
La presencia y el apoyo de su hijo mayor Gustavo Martínez, ya vinculado en el negocio, logra el análisis y la reorganización, dando el gran empuje al uso masivo de la bicicleta en la ciudad, tomando como referencia los ciclo paseos nocturnos que colectivos ciclistas semanalmente realizaban, un punto estratégico para rescatar y promover el surgimiento de la empresa, para afianzar y captar nuevos clientes con una nueva forma de ofrecer calidad y garantía a través de la diferenciación de sus servicios.
Su nombre y su reconocimiento ha llevado a ser nominada como una de las tiendas de bicicletas más destacadas del año 2015 por la revista My Bike, premiándola como Mejor Tienda Región Caribe. Ciclo Martínez creció con emprendedores; hoy por hoy a nivel regional y en otras ciudades del país es reconocida, respetada y tomada en cuenta por numerosas organizaciones y autoridades para eventos generales que fomentan el uso de la bicicleta como transporte sostenible, para generar una conciencia colectiva que de a poco y con el apoyo de colectivos ciclistas logran una labor social importante en la ciudad.