Terminó la edición 103 del Tour de Francia y para los colombianos quedó una sensación extraña. Por una parte, el orgullo por nuestros escarabajos quienes demostraron sus grandes capacidades y por la otra, cierta tristeza por no ver a Nairo Quintana cumplir con su anhelado sueño amarillo.
Las expectativas con el boyacense eran altas y por eso el mal sabor de boca. Nairo nos ha permitido soñar, nos ha permitido tener más ambición. El sueño amarillo que todos teníamos antes del inicio del Tour de Francia no era fortuito, ese sueño se gestó a partir del desempeño, la preparación y la actitud de nuestro capo. Dos subcampeonatos del Tour de Francia, la Corona en el Giro de Italia, entre otros grandes resultados, nos daban luz verde para soñar.
En ese sentido hemos ganado todos, atrás quedan aquellos años donde los colombianos acudían a Europa con el propósito de sumar experiencia. El crecimiento deportivo de los atletas cafeteros le da a Colombia razones para soñar con lograr los títulos más importantes del ciclismo mundial y esto se puede notar, incluso, en otras disciplinas deportivas.
Y es que Quintana es ejemplo claro de un deportista de máximo nivel. La confianza y seguridad en sus condiciones le han abierto la mente, sus objetivos no son los de un ciclista promedio del lote, él quiere la corona del Tour de Francia, ningún otro resultado lo dejará realmente satisfecho.
El tercer puesto del podio se puede ver como un premio de consolación pero cientos de pedalistas sueñan con estar cerca de dicho lugar. Este año no se logró el sueño amarillo, el colombiano no está satisfecho pero con seguridad tomó nota de las razones que se lo impidieron. ¿Cuáles fueron estas razones?, estas son, las que bajo nuestro punto de vista, se pueden destacar.
Nairo no estaba sólo, competía contra los mejores
Recordemos a Nairo cuando se quedó en aquella etapa 17, cuando el grupo de favoritos se aproximaba a la meta. Valverde, su compañero en el Movistar, atacó para estallar al pelotón, una estrategia que muchas veces les había funcionado, pero ese día, el mismo Quintana se vio afectado por el arrancón de su compañero y fue ahí donde Porte y Froome aprovecharon y dejaron atrás al colombiano. Gritamos con todas nuestras fuerzas, “No te quedes, pedalea vamos con toda, llégales”, pero no fue suficiente, ¿qué pasó Nairo?, es la alta montaña justamente donde el boyacense es el más fuerte.
El corredor suramericano está en la élite del ciclismo mundial pero la primera razón para explicar que no ganara el Tour, es simple: Nairo no estaba sólo, competía contra los mejores del mundo, con ciclistas que también tenían sus ambiciones y que demostraron que al igual que nuestro compatriota tenían capacidades y ambiciones. El caso de Froome es excepcional, su preparación para el Tour fue impecable y su equipo realmente poderoso. Quintana y el Movistar lucharon contra ellos pero sencillamente los del Sky fueron superiores.
El ciclismo no es como lo pintan, es peor
El Tour de Francia con sus más de 4000 kilómetros es una carrera demasiado difícil de predecir. Existen muchas variables que los aspirantes deben controlar para mitigar cualquier tipo de impase y muchas otras cuestiones que no controlan y que sólo esperan que no les suceda, como a Alberto Contador con sus caídas o Richie Porte con su pinchazo. La preparación de los corredores durante el comienzo de la temporada se resume, finalmente, en estar a plenitud de condiciones antes y durante las tres semanas de competencia. Quienes corren en la ronda francesa tienen en total 21 días de alta competencia y sólo dos jornadas de descanso.
El nacido en Combita tuvo que aceptar al final que no se encontraba a plenitud de sus condiciones y justamente esto le impidió correr como esperaba. Recordamos pues que hablamos de una carrera de tres semanas con cambios drásticos en las condiciones climáticas y además de eso un ritmo de competencia que sólo los más fuertes pueden aguantar.
Las enfermedades y las caídas están a la orden del día. Alberto Contador por ejemplo, cayó en las primeras etapas y tuvo que retirarse, el mismo Froome besó el asfalto en un par de ocasiones haciendo evidente lo dramático que resulta competir en la ronda francesa.
La presión afectó las decisiones
Un ciclista profesional corre con toda la presión sobre ellos y más cuando son los líderes de equipos importantes, como el Movistar. Además de tener fuerzas físicas suficientes para aguantar la dureza de las jornadas deben ser muy inteligentes y pacientes para tomar decisiones correctas en los momentos justos.
Nairo Quintana es un corredor inteligente y se ha caracterizado por saber cuándo atacar y también cuándo no hacerlo. En este Tour, sin embargo, se notó que la presión le hizo una mala pasada. Todos pedían que atacara y cuando lo hizo, no escogió el momento adecuado, Chris Froome y Richie Porte aprovecharon la situación e hicieron ver débil al colombiano en la montaña. Según palabras de Euzebio Unzue, su propio director de equipo, el suramericano es un superdotado pero al mismo tiempo es un corredor joven que tiene todo por delante para seguir aprendiendo y fortalecerse de cara a la disputa de un nuevo sueño amarillo.
Es por esto que la presión de los medios le jugó en contra. Muchos dieron por campeón al colombiano, incluso antes de comenzar el Tour. Su confianza es muestra de su determinación como competidor. Es de admirar el liderazgo que el boyacense transmite y la seguridad que él mismo tiene en sus condiciones. Fue tan impresionante que incluso Froome desarrollo una estrategia atacando en descensos y en terreno plano antes que llegara la alta montaña, esto demostraba que el británico le temía a Nairo en la última semana y no se iba a sentir cómodo llegando a esta parte de la competencia con el mismo tiempo que Quintana.
Una vez Froome sacó ventaja, muchos cuestionaron a Nairo por no ser más agresivo y esto no le hizo bien al colombiano quien corría con la obligación de atacar incluso en momentos que no eran ideales para él teniendo en cuenta que sus rivales lo tenían controlado y muy bien analizado.
Quintana tuvo su peor Tour de Francia, aun así finalizó tercero en la general y subió orgulloso al podio en París. ¿Qué ciclista se puede dar el lujo decir que en su peor Tour quedó tercero? Colombianos, sintámonos orgullosos por nuestro Nairo del alma.
El colombiano se enfrentó a la realidad, lograr los sueños no es tarea fácil porque la dureza de su profesión y la competencia máxima a la que se enfrenta le oponen resistencia. Seguiremos soñando con el sueño amarillo, porque hay Nairo para rato. El tercer lugar en el podio de París, demuestra la calidad como deportista y su fuerza como guerrero y es por eso que como colombianos el orgullo por Nairo Quintana, sigue intacto.
Los otros colombianos
Sergio Luis Henao un gregario de lujo: El antioqueño que vistió los colores del poderoso?Team Sky?tuvo como misión defender los intereses de su líder,?Chris Froome. Sus capacidades en la montaña fueron claves para que al final su capo de escuadra se llevara el tricampeonato. El poderío del Sky estuvo en parte soportado por el colombiano.
Jarlinson Pantano la revelación del Tour: El caleño del equipo estadounidense?IAM Cycling.?Se presentó como el líder de su escuadra para las etapas de montaña y es por esto que tuvo la libertad para lanzar ataques y apostarle a las fugas. El colombiano brilló con luz propia, demostró que para descender es de los mejores y que puede aguantar el paso de los especialistas en la alta montaña. Con merecimiento ganó la décima quinta etapa y por poco repite la dosis en la vigésima jornada cuando cruzó segundo en meta.
Winner Anacona eclipsado: El compañero de Quintana en el Tour no logró destacarse de la manera esperada en la competencia. La calidad del ciclista boyacense es increíble y es conocida su capacidad para la montaña sin embargo su participación no fue la que él mismo esperaba.
