Guilio Ciccone y Txomin Juaristi se estrellaron cuando manadas de ciervos cruzaron la carretera en la etapa 8, y algunos saltaron y chocaron contra vehículos de carrera.
¿Cuántas veces ha aparecido en el boletín oficial de la Vuelta a España -o de cualquier otra carrera ciclista- un parte médico como éste? “Km 140: Caída, atropello de corzo, corredores 42 y 211, con varias contusiones, siguen en carrera”.
La explicación de lo que supuestamente causó las caídas de Giulio Ciccone (Lidl-Trek) y Txomin Juaristi (Euskatel-Euskadi) en la etapa 8 ciertamente fue una llamativa adición a la habitual lista médica de corredores lesionados ese día.
“Juaristi cayó gracias al impacto de un venado de una manada que cruzaba la carretera”, indicó posteriormente un comunicado de prensa del equipo.
“Mientras eran atendidos por el coche médico de la Vuelta, una segunda manada se cruzó en la carretera y en una tercera manada, un ciervo se enredó en el portaequipajes del segundo vehículo de carrera del Euskaltel-Euskadi y provocó importantes daños en dos bicicletas del equipo.
“El reconocimiento médico realizado por su equipo reveló que Juaristi tenía lesiones menores en la espalda, el hombro izquierdo y la zona lumbar. Su condición es buena, aunque habrá que realizar otra evaluación cuando pase la noche”.
El director deportivo de Lotto-Dstny, Marc Wauters, dijo Hoja de noticias: “Ahora he visto algo que nunca había visto antes… A unos quince kilómetros de la meta, de repente aparecieron tres ciervos entre los olivos. El primer animal saltó suavemente sobre el coche del médico del equipo, el segundo animal aterrizó justo sobre el segundo coche de Euskaltel”.
El director deportivo de T-Rex-QuickStep, Wilfried Peeters, añadió: “El animal tuvo dificultades para liberarse, una bicicleta se cayó del techo y así fue como logró liberarse. Eran animales muy serios”.
No se ha informado de cómo resultaron heridos los ciervos en su encuentro con una carrera ciclista. Las carreras en ruta se han visto afectadas por animales domésticos en el pasado, en particular perros y gatos; la caída de Marco Pantani en la edición de 1997 del Giro de Italia tras chocar con un gato negro es una de las más famosas en el ciclismo. También en algún momento de la década de 1980, el famoso equipo estadounidense Motorola tuvo una colisión masiva con un gato durante una contrarreloj por equipos del Giro, lo que provocó la caída de varios ciclistas.
Los animales más grandes también han contribuido a los accidentes o a las persecuciones, como el caso de Erik Zabel, perseguido por un caballo desbocado durante una edición de Gent-Wevelgem, y el de Davide Formolo, que chocó contra un jabalí mientras entrenaba en 2022 y se lastimó la muñeca. La Vuelta también ha tenido accidentes o persecuciones cercanas con vacas y toros que pastaban en terreno abierto, pero, según se informa, esta es la primera vez que se ven involucrados ciervos. Sin embargo, en Dublín, en 2016, un ciervo salvaje derribó a un participante de su bicicleta durante el evento anual de triatlón de la capital.
El suceso ocurrió a última hora de la tarde en las sierras de Cazorla, una de las comarcas más remotas de Andalucía y donde, además de ciervos, en las carreteras abundan los carteles que advierten a los conductores de la presencia de linces callejeros cruzando la carretera. En la zona abundan otros animales salvajes, como jabalíes y cabras montesas.
Pero la Vuelta a España tendrá que esperar hasta la tercera semana, cuando llegue a las montañas del norte de España y a los Lagos de Covadonga, antes de posiblemente cruzarse con lobos, conocidos por vagar cerca de algunas de las metas de cumbre más sagradas de la Vuelta, y osos pardos.