El final tumultuoso permite al esloveno acercarse al maillot rojo a pesar de la penalización de 20 segundos

En español, “estar en Babia” significa más o menos estar distraído o ajeno a lo que está sucediendo. La curiosa expresión deriva del verde y escarpado paisaje onírico de la zona de Babia, a tiro de piedra al este de Cuitu Negru, donde los hombres que competían por ganar la Vuelta a España estaban a punto de perderse el domingo por la tarde.

En las escarpadas partes altas de Cuitu Negru, cada ciclista estaba condenado a su propia pesadilla, y la soledad del esfuerzo se acentuaba por la espesa niebla que cubría la cima de la montaña. Apenas podían ver la lectura de sus medidores de potencia, y mucho menos seguir la pista de todos sus rivales.