La recomendación general es que por cada tres milímetros que adelantes debes subir uno si quieres mantener la misma extensión de rodilla y tobillo.
Y lo mismo a la inversa. Si retrasas el sillín por ejemplo, 10mm, deberías bajarlo 3mm para no modificar demasiado el patrón de pedaleo. La razón de estos ajustes es que, a medida que adelantamos el sillín estamos acortando la distancia entre el centro del mismo y el eje del pedalier, que son los puntos de referencia para medir la altura del sillín. Siempre es útil recordar la forma en que debemos realizar estas mediciones.
Para medir la altura del sillín tendremos que buscar el centro del sillín. Para ello, mediremos la longitud total y pondremos el metro justo en el centro del mismo. Nos aseguraremos de que ponemos el metro a la altura del sillín y mediremos hasta el centro del eje del pedalier. No está de más medir un par de veces para asegurarnos de que estamos midiendo bien. En cuanto al retroceso, existen dos formas de hacerlo. La más frecuente es colocar una plomada justo desde la punta del sillín y ver exactamente donde cae. Mediremos la distancia horizontal entre la plomada y el eje del pedalier.
Es muy importante que la plomada caiga libre ya en cuanto está en contacto con alguna parte de la bici es muy probable que no esté cayendo en su lugar natural. Otro método es colocar la bici con la rueda trasera apoyada en una pared. Mediremos la distancia entre la pared y la punta del síllín así como la distancia entre el centro del eje del pedalier y la pared. El retroceso del sillín será la diferencia entre ambos números.