Ya sea que llevemos poco tiempo montando en bicicleta o seamos todos unos profesionales, los pedales son un componente fundamental para mejorar nuestro rendimiento sobre la bicicleta. El pedal es uno de los puntos de unión más importantes entre nuestro cuerpo y la bici, dependiendo de su tipo, podemos llevar nuestras posibilidades y habilidades a otro nivel.
En el mundo del ciclismo podemos diferenciar tres grandes grupos y tipos de pedales: los simples de plataforma, los pedales con punteras y correas y los pedales automáticos o de clips de montaña o de ruta, que van fijos a la zapatilla a través de su ajuste con las calas.
Para este ejercicio nos centraremos exclusivamente en estos últimos, explicando sus ventajas, el por qué son necesarios para mejorar el rendimiento y maniobrabilidad sobre nuestra bicicleta; más allá de las caídas durante los primeros experimentos con ellos, brindaremos algunos tips para su elección a la hora de tomar una decisión frente a este propósito.
Si bien al inicio la idea de permanecer ligado a la bicicleta puede ser aterradora, con el paso del tiempo y un poco de práctica no te arrepentirás de tomar esta decisión. Aquí van algunas ventajas de poder hacerse a unos buenos pedales automáticos para la ruta:
Mejoran tu rendimiento:
Sin duda alguna y lo dicen desde el más nuevo de los ciclistas, hasta el más veterano de los corredores, llevar el pie fijo al pedal a través del contacto asegurado con las calas, hace que el movimiento de las piernas sea más parejo, aplicando siempre una fuerza constante en la subida y bajada del pie. Es importante tener constancia para poder notar una mejor forma.
Mejoran tu estabilidad:
Tener las piernas afianzadas a una sola posición a través del ajuste entre la zapatilla y el pedal automático, te permite ganar estabilidad sobre la bicicleta, logrando que tus pies y las rodillas tomen una alineación óptima, siempre y cuando las calas de las zapatillas estén centradas y en un ángulo correcto. Incluso muchos pedalistas aficionados hoy en día se realizan estudios biomecánicos para tener la posición ideal en la bici, esto por su puesto, incluye las calas y los pedales.
Mejoran tu seguridad:
Una vez te hayas adaptando a tus pedales automáticos de ruta, no querrás volver a ponerte nunca unos tenis convencionales para practicar el ciclismo, la estabilidad que brinda un pie fijo en pedal, descarta la posibilidad de resbalones y de los molestos y duros golpes en la canilla. Esto a su vez te da confianza, con lo cual aseguras un mejor control de la bici en cualquier terreno, sorteando obstáculos sin preocuparte por salir volando, sobre todo en días lluviosos.
Mejoran tu potencia:
Los pedales son los que reciben toda la fuerza ejercida desde el cuerpo para lograr mover los platos de la bici. Al estar literalmente pegados a los pedales, la energía que transmitimos no solo va a ser de manera descendente como pasa con los pedales convencionales, esto nos ayudará para que al jalar el pedal logremos un esfuerzo uniforme y todo se distribuya de manera tal que nuestra técnica y la manera en la cual pedaleamos sea más constante y con una potencia pareja.
Seguramente muchos de nosotros al iniciar en el deporte del ciclismo y pasar por la decisión de cambiar de pedales convencionales a automáticos, tuvimos el mayor temor al hacer una parada y que nuestros pies no salieran del pedal, protagonizando una ridícula caída, más si vamos con acompañantes y así ser la comidilla de las conversaciones de la semana.
Sin temor a equivocarnos te podemos asegurar que esa primera caída (que en ocasiones no sucede), vale la pena, porque van a ser más los beneficios que esto trae a nuestra practica del deporte, que las contraindicaciones; incluso esta posición fija de los pies nos ayuda en muchas ocasiones a evitar malas posturas o movimientos bruscos de pies y/o rodillas, logrando disminuir de forma significativa la presencia de futuras lesiones.
Si a pesar de todo lo que te hemos expuesto aún no te convences de comprar unos pedales automáticos, te podemos decir más, ya que, para vencer el miedo al primer obstáculo de quedarse enganchado a la bicicleta, la gran mayoría de los pedales de clip traen un tornillo que permiten graduar la presión. De esta forma te puedes soltar del pedal fácil y rápidamente, si dejas el tornillo en el punto más suelto posible, con el tiempo irás ajustándolos a medida que sientas más confianza en su utilidad.
Debes elegir unos pedales automáticos que se adapten fácilmente a la superficie de tu pie, es decir con los cuales te sientas cómodo y seguro. La mayoría de estos pedales cuentan con unas platinas de superficie que permiten una mejor fijación para la cala, ya que estas cuentan con tres puntos de anclaje mediante los cuales se adhieren a la zapatilla.
También los materiales de los cuales se componen los pedales han evolucionado con el tiempo, hasta llegar a la fibra de carbono. Desde luego debes tener en cuenta las posibilidades económicas para definir los pedales a adquirir, ya que los hay de todos los colores y precios, a la medida del bolsillo del consumidor.
Finalmente, y no menos importante, aunque esto ya es para ciclistas muy experimentados y son cosas que solo aprenderás con el tiempo, se debe tener en cuenta el grosor, los grados de maniobrabilidad de poder mover el pie sin desenganchar el pedal, y la longitud de los ejes que van del pedal a la biela, estas especificaciones siempre ofrecen un mejor rendimiento al pedalista.
Pedales automáticos, una ventaja para los ciclistas que día tras día buscan llegar más lejos y más rápido, rompiendo su propio récord y retándose a ser mejores en cada salida sobre dos ruedas.
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