Aunque evidentemente factores como la dureza de los entrenamientos puede tener como consecuencia lógica un dolor de piernas acusado, existen también otras razones no tan evidentes, esas situaciones que hacen tener dudas acerca de nuestra preparación.
Podría suceder que estés entrenando de forma demasiado intensa y que no estés dejando suficiente tiempo de recuperación entre unos entrenamientos y otros. Sin embargo, si no encuentras lógica entre los entrenamientos, los descansos y ese dolor de piernas, quizá la causa más probable es una incorrecta alimentación.
- Trata de hacer una comida rica en carbohidratos, entre una hora y media y tres horas antes de cada entrenamiento.
- Durante entrenamientos intensos de más de dos horas, es importante que comas o bebas algo rico en hidratos de carbono (bebidas deportivas, fruta, barritas, geles, etc). Esto ayudará a que no acabes las salidas tan vacío.
- Pero sobre todo, la comida más importante para una buena recuperación, es la que hacemos justo después de entrenar. Dos tazones de leche con cereales provocan más o menos los mismos efectos que un batido con proteínas. O un bocadillo de jamón o atún. O un plato de arroz con pollo. O un plato de pasta con dos huevos, pero igual es más cómodo tener a mano una bebida energizante. Al terminar de entrenar se debe suministrar al músculo una combinación de hidratos de carbono y proteínas.
Otras formas de acelerar la recuperación pueden ser: automasajes de descarga, ducha con agua fría en las piernas o estar un buen rato con las piernas en alto.