Juan Diego Borda, un aficionado recorriendo la etapa reina del Tour de Amgen Califórnia 2019
Juan Diego Borda:
Tadej Pogacar y Sergio Higuita se disputaron la etapa reina del Tour de Amgen Califórnia de 2019. Un pasaje rocoso semi-desértico fue el telón para esta batalla. Estos profesionales pudieron apenas avanzar ayudándose de improbables zigzags para remontar este muro. Un descuido del colombiano le permitió a Pogacar colarse por el lado corto de la curva final y llevarse la camiseta amarilla y además el título general del certamen.
Esta etapa inolvidable finalizó en el imponente Mt Baldy, una reconocida estación de Ski a tan solo 90 minutos en carro desde el centro de Los Ángeles hasta Los Angeles National Forest.
Los Angeles National Forest son una cadena montañosa intrincada de carreteras interesantes, un lugar predilecto para ciclistas aficionados locales y sitio habitual de entrenamiento de equipos profesionales y de figuras como Tejay Van Garderen, Robert Hesink y Chris Froome.
un ciclista aficionado y con sobrepeso, se le midió al gran reto de replicar un fragmento del recorrido de aquella etapa. El ascenso a Mt Baldy es un camino de 43.8 km de categoría especial que se puede dividir en dos partes. El primero es un ascenso de 35 km, cuyas pendientes casi nunca superan los 6-7% y la segunda parte es el embate final a la estación de ski, un brutal segmento de 8 km con un promedio de 9% y con rampas hasta del 17%.
El clima y las condiciones eran perfectos. Exactamente 18 grados, baja humedad, cielo despejado. Algunas de las vías estaban inhabilitadas para autos y motos debido a reparaciones y control de incendios. Quitarse de encima el estrés que produce el tráfico, es un lujo que hay que aprovechar cuando se puede.
En compañía de un pequeño grupo en el que Juan Diego era “el menos fuerte”, decidió enfrentar el ascenso con una estrategia de largo aliento. Monitoreando su poder alrededor de 200-220 watts y conservando una cadencia de al menos 80 rpm, así planeaba ser eficiente con el tiempo e inteligente con las fuerzas. El primer segmento de 35 km inició con una serie de curvas y contra curvas al 8% que rápidamente te elevan sobre la planicie de Los Ángeles. En cuestión de minutos, la ciudad se convierte en un paisaje lejano y la mente ya se adentra en un mundo que más bien parece otro planeta debido a la soledad e inmensidad del entorno.
La morfología de esta cadena montañosa es rocosa. La vegetación de bajo tamaño y al ser un área protegida como reserva no existen viviendas, tiendas o zonas de descanso. El próximo lugar civilizado que se encuentra es el café en la base del la Estación de Ski. Es por eso que es importante gestionar la hidratación y alimentación con anterioridad.
Una vez superados esos empinados primeros 3 km, la carretera se suaviza entre un 4% y un -6% que permiten tomar un buen ritmo. Estando en este punto, Juan Diego intentó pegarse a rueda de un equipo amateur de Los Ángeles que lo sobrepasó. Resistió un minuto o dos, pero se le dispararon todos los números, por lo que decidió desistir antes de reventar y sabotear el ascenso.
“A veces el ego te puede jugar malas pasadas. Todos lo sabemos”, expresó el aficionado frente a esto.
El paisaje a la izquierda es un cañón enorme y al fondo de este se observan unas represas artificiales. Simplemente una vista espectacular.
En la parte final de este ascenso se encontraron de frente el Mt Baldy, un cerro de forma triangular que en verano es de arena y en invierno de nieve. De repente se dio cuenta de que había ascendido bastante, pues lo que antes era una montaña enorme y lejana, estaba ahora frente a sus ojos.
Tras casi dos horas de pedaleo, una breve sección de transición en descenso les permitió llegar al café en la base de la subida a la Estación de Ski; el lugar indicado para una pausa, rellenar bidones, algo de nutrición, bajar el calor y disponerse a enfrentar el asalto final de Mt Baldy. Los siguientes 8km que le esperaban son sin duda, una tortura para cualquier ciclista aficionado.
Una recta de 1 km a 9% es el abrebocas para la sucesión de curvas que serpentean el filo de la montaña que está adornada con árboles de pino. Fragmentos cambiantes entre el 11 y el 15% lo obligaron a pararse en los pedales constantemente para evitar perder velocidad y verse forzado a echar pie en tierra.
El kilómetro final es el peor y Juan Diego supone que está muy justo de piernas, además, una recta de 500 mts de longitud al 14 y 17% se hace interminable. Estando allí era inevitable no pensar en Sergio Higuita, pues a este punto del recorrido ya había atacado, y a punta de acelerones logró descolgar a todo un Peloton de profesionales a excepción de Pogacar, que parecía ya destinado a ser un grande.
“Los profesionales atacan donde yo a duras penas, puedo mantenerme en dos ruedas. Definitivamente son unos extraterrestres”, pensaba Juan.
La exigente subida remató con unos 200 metros bastante pedaleables al 2 y 3%, en donde se ubicó la meta en aquella edición del Tour Amgen de California. Ya en este lugar, el más fácil, Pogacar se avivó a Sergio y levantó los brazos. Inspirado en este gran momento del ciclismo mundial, Juan Diego levanto sus brazos, reventado, casi de muerte, pero orgulloso de llegar a la cima de Mt Baldy.
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