Domina las curvas abiertas en la montaña
Quien sea capaz de mantener el control de su bicicleta durante las curvas, podrá considerar su técnica como una de las mejores
Al momento de practicar ciclomontañismo, dominar las curvas es esencial para mantener la velocidad de la bicicleta, esta será la manera indicada de poder tener un entrenamiento óptimo y eficaz.
Mantente centrado sobre la bicicleta
Es en las curvas abiertas con terreno suelto donde resulta de especial importancia que la rueda delantera sea apoyada con mucho peso. Lo ideal es hacer la distribución del peso en la postura básica. Si se tienen algo doblados los brazos, aproximadamente el 50% del peso del cuerpo, recaerá sobre la rueda delantera y manteniendo así el neumático sujeto al suelo.
Acostarse sin mover el manillar
Solo debe mover el manillar si va sentado sobre el sillín, mientras permanezca de pie sobre los pedales (en todos los descensos), podrá conseguir más estabilidad en curvas abiertas basándose en la inclinación. De esa forma se aprovechará de los fuertes tacos laterales del neumático. Esta posición le permitirá, con un leve toque de manillar, determinar la dirección correspondiente. Así se pueden conducir en curvas como si se fuera sobre rieles. Si la curva se controla tan solo con movimientos del manillar, la huella del neumático que se mantiene curva siempre quedará movida.
La velocidad adecuada
Con respecto a la entrada de las curvas se debe destacar: ¡hay que mantener siempre los dedos lejos de la maneta del freno! Aquí se debe armonizar la velocidad porque los neumáticos deben asumir unos esfuerzos adicionales laterales que pueden llegar a perturbar la potencia del frenado. Por supuesto las curvas con pendientes muy extremas suponen una excepción.
Conducir con la dirección en la vista
Como ocurre en la mayoría de los deportes, el equipo siempre debe seguir la dirección de la mirada y eso se puede comprobar muy bien en las curvas, en las entradas de las curvas abiertas se puede vislumbrar el final y de un modo casi automático, plantear una trazada de conducción regular y sin titubeos. En las curvas cerradas, la mirada debe avanzar poco a poco desde el vértice hasta el final de la curva.
Centro de gravedad más bajo
Cuanto más cerca del neumático se encuentre el centro de gravedad del cuerpo, más estable permanecerás sobre la bici y eso te permitirá obtener mayor velocidad. Si dobla las piernas y brazos con más intensidad que en la postura básica, descenderá de forma bastante considerable su centro de gravedad. Aún puede hacer que se sitúe más bajo si mantiene en posición inferior el pedal de la parte externa de la curva. Sin embargo, esta técnica es poco adecuada para curvas rápidas debido a que el constante cambio de postura sobre los pedales puede provocar una cierta inseguridad en la conducción.
El siguiente punto
Obtendrá una estabilidad adicional en la curva si se apoya el sillín con la parte interna del muslo. De esa forma se adquiere un feedback adicional en el terreno. Además, con eso se consigue hacer un plegado en la posición de la cadera, con la que el centro de gravedad del cuerpo se desplazará algunos centímetros más hacia abajo.
Una cosa tras otra
Maniobras con el manillar, postura inclinada, posición del cuerpo, velocidad…, la técnica de conducción en curva es una tarea compleja y para refinarla es muy útil dedicar un tiempo a cada uno de esos parámetros. Por tanto, al momento de practicar, siempre deberá concentrarse en uno de los puntos en cuestión.
Curvas cerradas: velocidad en el peralte
Los peraltes de las curvas cerradas requieren menos combinación de técnicas de conducción y un poco más de esfuerzo, pues en ellos se alcanzan velocidades más elevadas, produciendo mayor fuerza de aceleración. Es imprescindible la determinación de la trazada: una línea circular en el borde exterior de la curva (cuanto más rápida, más alto irá).
Al contrario de lo que ocurre en curvas “normales”, los neumáticos se mantienen en vertical con respecto al suelo, como si se condujera en línea recta. No es necesario adoptar una posición inclinada, pues el rider está guiado por la propia forma de la curva.